jueves, 27 de diciembre de 2007

La natividad del Xenhor

Siendo ya inminente la llegada del solsticio de verano hallábase Chawamba sentado en la sima de colina, contemplado las grandezas de la naturaleza en lo pequeño y en lo enorme. Teniendo presenta la fecha Chawamba recordó que esa noche iva a festejarse la Natividad del Xenhor Jesus el cristo y nostalgia por días que ya se habían ido, antes que desidiera renunciar al pan dulce, el turrón y la garrapiñada, para pasar al clericó por el calor, al cual también renunció luego, para retirarse a la colina a meditar y orar. Decidió entonces Chawamba bajar a lugar a donde los hombres habitaban para ver como ellos recibían al Xenhor, el mas grande entre los grandes, convertido en un niño pequeno e indefenzo y así se puso en camino.
Arribó a un poblado por la noche y notó un clima festivo en el ambiente. Se oía en típico rumor de la reunión, de la familia. Caminaba distraido al oir estos cuando algo explotó a sus piés, y el sucesivo olor a pólvora le indicó que se trataba de fuegos artificio. Unos niños estaba ocultos tras un tapial riendo. Chawamba se les acercó sonriendo y les dijo:
- Niños, acaso no estas festejando la natividad del Xenhor ?.
- Quien ese es del que hablar ? - replicaron los niños.
- Aquel que ha de venir esta noche - dijo Chawamba
- Esta noche vendrá Papá Noel, y me traerá un Bombero Loco y una Pista Skalectrik - dijo uno.
- Y a mi un Power Ranger amarillo - dijo el otro.
- Y quien ese Papá Noel ? - preguntó Chawamba desconcertado.
- Un señor gordo y barbudo vestido de rojo que viene en un trineo volando por el aire tirado por renos y trae regalos a todos los niños - dijo el otro
Desconcertado Chawamba se alejó. ¿ Acaso el Xenhor se manifiestaba en esos días bajo esa grotesca forma que los niños describieron ?
Dando la vuelta a la esquina encontró a dos hombres que venían caminando, abrazados uno del otro, cantando algo inniteligible y con un gran hedor a licor. Chawamba los inquirió diciendo
- Hombres, acaso no estas festejando la natividad del Xenhor ?.
- lo que lo que ? - dijo uno
- la natividad del xenhor Jesus
- Jesú, el de la crú ? - replicó el segundo, al tiempo que el primero se daba vuelta y se arrojaba al suelo vomitando con espasmos.
- Porqué vomitais ante el nombre del Xenhor? Lo aborreceis ?
- noooo, que va. Lo que pasa es que tomamos un poquito demas - replicó el que seguí en pié.
- Y habeis bebido para honrar al Xenhor ?
- estemm, ¡sí!, todo lo que tomamos lo tomamos a la salú del Xenhor. ¿Vamo Cacho? - dijo a su compañero que no podía reincorporarse.
Mas desconcertado aún Chawamba se alejó del lugar.
Caminó un poco mas y comenzó a oir muchas explociones en cadena. Algo similar a una guerra. Explosiones en el aire y proyectiles silvantes. Asustado Chawamba se ocultó tras un parapeto pensado que alguien se había aprovechado de la fiesta para atacar por sorpresa la ciudad. Pero detrás del parapeto encontró a un hombre y a una mujer manteniendo relaciones íntimas. Chawamba se sorrojó, pidió disculpas y comentó la razón por la cual se había presipitado tras el parapeto sin pedir permiso.
- No buen hombre - le dijo el varón mientras se abotonaba el pantalón - no hay ninguna guerra. Están festajando con fuegos de artificio.
- Ahá, todos están arrojando fuegos de artificio - dijo la mujer mientras se árreglaba sus vestidos.
- Si, y tu marido también, jejeje - dijo el varón nuevamente mientras se abrochaba la camisa
- No le haga caso a mi cuñado - dijo la mujer
Chawamba volvió a excusarse y se retiró.
El ruido y la confusión habían aumentado ostenciblemente y la gente había salido de sus casas. En las esquinas se vailaba y se bebía. ¿Acaso nadie festejaba la natividad de Xenhor? ¿Acaso nadie honraba al niño?. Evidentemente no. Siguió caminando hasta que encontró una plaza y mucha gente en ella bailando al compaz de una música muy pegadiza. Debía salir de dudas y preguntar a esta gente. Tal vez sus cálculos astronómicos estaban equivocado. Encontró un banco, al cual se subió y allí lo vió: el señor gordo, vestido de rojo, bardudo con una gran bolsa al hombro repartiendo dulces a los niños. Todos le tendían la mano y saludaban con gran respeto.
Mas confundido aún debía buscar una respuesta y alzando la voz se dirigói a la multitud.
- ¡ Hombres, oíd ! - Clamó; pero no hubo respuesta.
- Nuevamente - ¡ Hombres oíd ! - con igual resultado. La musica y el bullicio eran mucho para la voz de Chawamba.
Cuando estaba por realizar su tercer intento sintíó un fuerte golpe, un dorlor y luego nada, se undió en la inconsciencia.
Despestó al rato cuando un médico lo reanimó, rodeado de curiosos:
- Señor, está ud. bien -
- Si, eso creo - replicó Chawamba
- Una corcho de una botella impactó en su frente y le hizo perder el equilibro, pero tubo suerte y no se accidentó gravemente. Solo tiene un chichón en la cabeza.
- Gracias al Xenhor - dijo Chawamba.
Aprovechando la presencia del médico, que parecía sobrio le dijo - disculpe Uds. ¿Que es lo que hace toda esta gente reunida aquí?
- Pues festejando la navidad.
- Que alivio, creí que me había era festejo pagano, mis cálculos estában bien -
- No comprendo, de que cálculo habla -
- No se preocupe - Dijo Chawamba y se retiró.
De regreso a la colina Chawamba iva pensando como es que la festividad de la Natividad de Xenhor se había convertido en una celebración pagana y como es que se había dejado de benerar al Xenhor y en su lugar se adoraba a un grotesco ídolo bestido de rojo, barbudo y gordo.