Siendo ya inminente la llegada del solsticio de verano hallábase Chawamba sentado en la sima de colina, contemplado las grandezas de la naturaleza en lo pequeño y en lo enorme. Teniendo presenta la fecha Chawamba recordó que esa noche iva a festejarse la Natividad del Xenhor Jesus el cristo y nostalgia por días que ya se habían ido, antes que desidiera renunciar al pan dulce, el turrón y la garrapiñada, para pasar al clericó por el calor, al cual también renunció luego, para retirarse a la colina a meditar y orar. Decidió entonces Chawamba bajar a lugar a donde los hombres habitaban para ver como ellos recibían al Xenhor, el mas grande entre los grandes, convertido en un niño pequeno e indefenzo y así se puso en camino.
Arribó a un poblado por la noche y notó un clima festivo en el ambiente. Se oía en típico rumor de la reunión, de la familia. Caminaba distraido al oir estos cuando algo explotó a sus piés, y el sucesivo olor a pólvora le indicó que se trataba de fuegos artificio. Unos niños estaba ocultos tras un tapial riendo. Chawamba se les acercó sonriendo y les dijo:
- Niños, acaso no estas festejando la natividad del Xenhor ?.
- Quien ese es del que hablar ? - replicaron los niños.
- Aquel que ha de venir esta noche - dijo Chawamba
- Esta noche vendrá Papá Noel, y me traerá un Bombero Loco y una Pista Skalectrik - dijo uno.
- Y a mi un Power Ranger amarillo - dijo el otro.
- Y quien ese Papá Noel ? - preguntó Chawamba desconcertado.
- Un señor gordo y barbudo vestido de rojo que viene en un trineo volando por el aire tirado por renos y trae regalos a todos los niños - dijo el otro
Desconcertado Chawamba se alejó. ¿ Acaso el Xenhor se manifiestaba en esos días bajo esa grotesca forma que los niños describieron ?
Dando la vuelta a la esquina encontró a dos hombres que venían caminando, abrazados uno del otro, cantando algo inniteligible y con un gran hedor a licor. Chawamba los inquirió diciendo
- Hombres, acaso no estas festejando la natividad del Xenhor ?.
- lo que lo que ? - dijo uno
- la natividad del xenhor Jesus
- Jesú, el de la crú ? - replicó el segundo, al tiempo que el primero se daba vuelta y se arrojaba al suelo vomitando con espasmos.
- Porqué vomitais ante el nombre del Xenhor? Lo aborreceis ?
- noooo, que va. Lo que pasa es que tomamos un poquito demas - replicó el que seguí en pié.
- Y habeis bebido para honrar al Xenhor ?
- estemm, ¡sí!, todo lo que tomamos lo tomamos a la salú del Xenhor. ¿Vamo Cacho? - dijo a su compañero que no podía reincorporarse.
Mas desconcertado aún Chawamba se alejó del lugar.
Caminó un poco mas y comenzó a oir muchas explociones en cadena. Algo similar a una guerra. Explosiones en el aire y proyectiles silvantes. Asustado Chawamba se ocultó tras un parapeto pensado que alguien se había aprovechado de la fiesta para atacar por sorpresa la ciudad. Pero detrás del parapeto encontró a un hombre y a una mujer manteniendo relaciones íntimas. Chawamba se sorrojó, pidió disculpas y comentó la razón por la cual se había presipitado tras el parapeto sin pedir permiso.
- No buen hombre - le dijo el varón mientras se abotonaba el pantalón - no hay ninguna guerra. Están festajando con fuegos de artificio.
- Ahá, todos están arrojando fuegos de artificio - dijo la mujer mientras se árreglaba sus vestidos.
- Si, y tu marido también, jejeje - dijo el varón nuevamente mientras se abrochaba la camisa
- No le haga caso a mi cuñado - dijo la mujer
Chawamba volvió a excusarse y se retiró.
El ruido y la confusión habían aumentado ostenciblemente y la gente había salido de sus casas. En las esquinas se vailaba y se bebía. ¿Acaso nadie festejaba la natividad de Xenhor? ¿Acaso nadie honraba al niño?. Evidentemente no. Siguió caminando hasta que encontró una plaza y mucha gente en ella bailando al compaz de una música muy pegadiza. Debía salir de dudas y preguntar a esta gente. Tal vez sus cálculos astronómicos estaban equivocado. Encontró un banco, al cual se subió y allí lo vió: el señor gordo, vestido de rojo, bardudo con una gran bolsa al hombro repartiendo dulces a los niños. Todos le tendían la mano y saludaban con gran respeto.
Mas confundido aún debía buscar una respuesta y alzando la voz se dirigói a la multitud.
- ¡ Hombres, oíd ! - Clamó; pero no hubo respuesta.
- Nuevamente - ¡ Hombres oíd ! - con igual resultado. La musica y el bullicio eran mucho para la voz de Chawamba.
Cuando estaba por realizar su tercer intento sintíó un fuerte golpe, un dorlor y luego nada, se undió en la inconsciencia.
Despestó al rato cuando un médico lo reanimó, rodeado de curiosos:
- Señor, está ud. bien -
- Si, eso creo - replicó Chawamba
- Una corcho de una botella impactó en su frente y le hizo perder el equilibro, pero tubo suerte y no se accidentó gravemente. Solo tiene un chichón en la cabeza.
- Gracias al Xenhor - dijo Chawamba.
Aprovechando la presencia del médico, que parecía sobrio le dijo - disculpe Uds. ¿Que es lo que hace toda esta gente reunida aquí?
- Pues festejando la navidad.
- Que alivio, creí que me había era festejo pagano, mis cálculos estában bien -
- No comprendo, de que cálculo habla -
- No se preocupe - Dijo Chawamba y se retiró.
De regreso a la colina Chawamba iva pensando como es que la festividad de la Natividad de Xenhor se había convertido en una celebración pagana y como es que se había dejado de benerar al Xenhor y en su lugar se adoraba a un grotesco ídolo bestido de rojo, barbudo y gordo.