miércoles, 14 de diciembre de 2005

Chawamba y los comerciantes

Encontrábase Chawamba el sabio sentado en el risco al borde su colina en contemplación de la naturaleza y sus maravillas, con mariposas, libélulas y todas clase de bichos revoloteando a su alrededor polinizando las flores de los setos; trinaban las aves y cantaba el arroyo que mojaba la falda de la colina.

Un carro motorizado apareció en la lejanía y se aproximó a la colina deteniéndose junto al puente del arroyo, y emergieron de él dos personas que presurosas subieron a la sima por el sendero.

A poco se apersonaron ante Chawamba aunque solo saludaron haciendo ademanes con sus manos, la que tenían libre mejor dicho, porque ambos tenían una mano ocupada sosteniendo una caja de material pulido al lado de su oreja y parecían hablar con ella, al tiempo que gesticulaban y caminaban en círculos. Chawamba los observaba mientras realizaban esta curiosa rutina, vestían en forma elegante, calzaban zapatos de cuero de animal brillante, pendían de ambos cuellos anudadas cintas de color acabadas en punta. Ambos tenían sus ojos cubiertos con gafas opacas y llevaban portafolios de cuero de animal también.

Al rato ambos dejaron de hacer eso que hacían y se aproximaron a Chawamba tendiéndole la mano y presentándose:

- maestro, venimos a ud. porque es un hombre sabio y sabemos que el mundo está ávido de su sabiduría.
- bienvenidos sean peregrinos. Veo que han venido entonces en pos de sabiduría. - replicó Chawamba.
- en realidad, maestro, hemos visto que ud. con su gran sabiduría representa una estupenda oportunidad de negocios que el mundo no ha de desaprovechar – dijo el hombre que no había hablado antes.
Esto sorprendió a Chawamba que se sobresaltó y permaneció callado invitando a continuar a sus interlocutores.

- así es maestro, piense en este mundo ávido de sus enseñanzas, ¡todos los negocios potenciales que representa! Hemos realizado un estudio de mercado sobre su producto – dijo y metió una mano en su portafolio y extrajo un volumen pobremente encuadernado, y se lo tendió a Chawamba que todavía estaba deglutiendo la última frase ‘su producto’, que lo había terminado de desconcertar. Tomó la carpeta y comenzó a ojear, había términos muy raros escritos: ‘segmento’, ‘mercado meta’, ‘canal de distribución’ y cosas mas extrañas aún. Pensó durante un momento.
Finalmente Chawamba levantó la vista, ofreció té y panecillos a los hombres y finalmente dijo:
- no comprendo vuestro mensaje, desconozco de que hablais -
- ¡maestro! – Apuró a decir el segundo que había hablado – eso es marketing, no me diga que no comprende!. Estamos hablando de vender su producto al mundo necesitado, a cubrir una necesidad real -
- pero cual es mi producto – inquirió Chawamba.
- pues su sabiduría, es un gran producto, de gran calidad, se venderá como pan caliente -
- ¿y porqué vendería yo mi sabiduría? -
- para ganar dinero, y para ayudar al mundo a ser mas sabio, a enriquecerse. Nosotros gestionaríamos la comercialización de su producto y las ganancias serías repartidas en partes iguales – decía al tiempo que saca otro volumen de su portafolio y un bolígrafo – este es el contrato, puede leerlo con calma, tómese su tiempo - apremió uno de los hombres.
- en efecto – prosiguió el primero – hemos pensado ya en varios productos pilotos, pero las variantes y posibilidades son infinitas. Dentro del tipo de bienes tangibles podemos encontrar libros de su autoría, su biografía, reportajes periodísticos, si es necesario disponemos de escritores; amuletos bendecidos por usted; piedras y tierra de esta colina; una línea de aromas con su nombre; posters y calendarios; una líneas de cosméticos …
- como la marca de todos estos productos sería su propio nombre, no será necesario registrarla, aunque nosotros podríamos proponerle un ventajoso acuerdo para cedernos a nosotros los derechos de uso por una módica suma -
- también tendrá su sitio de Internet.
- respecto de los bienes no tangibles encontramos, cursos y conferencias, una programa de TV, su propio talk show que podría competir en horario pico. También estamos pensando en ofrecer visitas guiadas a esta colina. Se pueden abrir restaurantes, teatros, bares y hoteles en este lugar, hay espacio suficiente.
- además se puede incluir todo lo que sea merchandising, remeras, gorras, llaveros, cuadernos, muñecos de peluche, réplicas de su túnica.

Chawamba oía impávido la perorata de estos individuos con gran paciencia y les permitió terminar. Cuando hubieron acabado les dijo:

- hombres, no comprendo como puedo ayudar a la humanidad con todo eso que ustedes planean hacer.
Ambos hombres intercambiaron una mirada rápida y el primero dijo:

- llevar la sabiduría a los hombres es una tarea loable, vea usted todo el caudal de conocimiento que pondremos a disposición de la humanidad - respondió uno.
- si, pero lamentablemente la sabiduría no puede venderse como si fuera un melón en una feria. La sabiduría se trasmite de maestro a discípulo oralmente. Los escritos son para los principiantes y ya abundan escritos de ese tipo para quien los desee.
- pero maestro, no puede ser que diga eso, es usted egoísta al querer guardarse su sabiduría.
- yo no guardo porque no es ‘mi’ sabiduría; el maestro llega al discípulo cuando este está preparado para recibirlo, y cuando el discípulo no tiene mas que aprender, el maestro se retira. Es por eso que es impracticable vuestra idea.
Al oír esto los hombres se perturbaron e intercambiaron miradas de desconcierto. Comenzaron a hablar en voz baja y finalmente el segundo dijo.
- vea maestro, comprendemos que tal vez el porcentaje que figura en el contrato sea demasiado poco para usted, podemos negociarlo.
- me temo que no es problema dinerario – replico vehemente Chawamba – simplemente estoy convencido de que la manera en que ustedes pretenden ayudar a la humanidad es inútil, a lo sumo puede ayudar a ustedes a volverse mas ricos. Nadie será más sabio porque use una túnica como la mía, ni será mejor porque posea una piedra de esta colina -

- y que hay de malo con ganar dinero, no estamos robando a nadie ni violaríamos ninguna ley – se precipitó a decir el primero.
- lo malo es hacer creen a los hombres que son mas sabios o mejores porque han leído un libro o han adquirido un artículo, eso es falso.
Ambos hombres volvieron a intercambiar miradas desesperadas, hablaron en vos baja entre ellos y finalmente uno de ellos dijo
- señor, realmente usted carece de visión – dijo el primero muy molesto
- lamentamos haber perdido tiempo con usted – dijo el segundo con disgusto y gesto de ofensa.
- pero le advertimos que si planea hacerse usted solo con todo el negocio, ya hemos registrado todas estas ideas y deberá pagar regalías.
Tomaron sus cosas y regresaron al pie de la colina, en donde volvieron a subir a su carro motorizado y se alejaron.

Chawamba quedó pensado en estos dos hombres durante un largo rato, nunca había imaginado que tal cosa pudiera ocurrir alguna vez; jamás había pensado en su sabiduría como una mercancía. Y esa frase ‘usted carece de visión’ le impactó. Tal vez sí, carecía de visión, tal vez estos hombres le habían ofrecido a Chawamba una oportunidad. Miró a su alrededor y contempló lo que lo rodeaba, y pensó.

Al rato se puso de pié, tomó una cesta de mimbre y comenzó a recolectar flores de sus setos que él cultivaba y a recoger frutos de los generosos árboles. Luego dispuso estas cosas en una forma decorosa y pintó un letrero en que decía “Verdulería y Florería Chawamba - Rosas, Kalas, Margaritas, Ciruelas, Naranjas”.
En efecto, Chawamba carecía de visión, una visión comercial, pero eso iba en camino de solucionarse

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