lunes, 31 de marzo de 2008

El falso santo

Encontrábase Chawamba una tarde caminando entre los setos de flores que cultivaba en su jardín en la sima de su colina, bañado por los dorados rayos de febo al son del canto de los pájaros.
De repente comenzó a oir un lamento que provenía del arroyo que discurría en la base de la colina y al asomarse a ver que ocurría descubrió a dos hombres, uno arrodillado lloraba al lado de otro que permanecía tendido en el suelo, inerte.
Caminó Chawamba colina abajo como empujado por la compasión, tanta era ésta que trastabillaba entre los pedruzcos.

Al llegar apenas a 5 metros de distancia de los hombres tropezó con una botella de vidrio y podía sentirse un hedor de alcohol proveniente de sus personas y comprobó que el que estaba arrodillado sollozando se tambaleaba y decía sus lamentaciones con voz patinosa. Ensimismado en su salmodía como se hallaba no notó la presencia de Chawamba.
- oh, hermano, porqué te fuiste primero si yo era mas viejo - decía este hombre.
- Hombre, ¿porqué lloras? - intervino Chawamba mientras se tapaba las fosas nasales con sus dos dedos, el índice y el pulgar.
- usté quien es ? - preguntó asustado.
- yo soy Chawamba -
- quien ?? -
- Chawamba, he bajado desde lo alto porque te ahí llorar - dijo y sin dale tiempo a decir nada al behodo que habría sus ojos de par en par como si estubiera hablando con un aparecido, agregó -¿que le ocurre a tu compañero ? -
- mi amigo se murió, vea, se cayó al suelo y no volvió a hablar - se lamentaba con su voz patinosa y sus ojos desorbitados inyectados en sangre. Al hablar expedía un aliento a licor rancio.
Chawamba observó con atención al que estaba tendido y descubrió que respiraba y que estaba durmiendo además plácidamente sobre la borrachera que evidentemente traía. Tomó una de sus alpargatas, juntó agua del arroyo en ella y la vació en el rostro del que dormía diciendo
- hombre, levántate -
al instante el que dormía abrió los ojos balbuceando incoherencias
- que ? quien ? como ? donde estoy ? Marta ? - y se puso de pié tambaleándose.
El otro hombre se hechó atrás con gesto de enorme sorpresa y terror y salió a la carrera al grito de - ¡ MILAGRO, MILAGRITO !, ¡¡ RESUCITÓ EL HORTENCIO !! -
Chawamba se quedó un instante mirando impábido sin saber que decir al otro que había vuelto en sí. Finalmente lo saludó y volvió a sus ocupaciones. No volvió a saber de ellos.

Tiempo después encontrábase Chawamba caminando entre los setos de flores que cultivaba en su jardín en la sima de su colina cuando comenzó a oir bullicio proveniente de la base de su colina. Al asomarse y observar vio una muchedumbre dispersa entre distintos focos de atención, similar a una kermesse sabatina.
Confundido, bajó al nivel del suelo y comenzó a caminar entre la gente.
- Compre sus estampitas de San Chawamba, el milagroso - ofrecía un vendedor a gritos bajo un tenderete en el cual había retratos de un hombre que vestía parecido a él pero que no se le parecía en nada a él.
- ¡Al rico choripán! - pregonaba otro vendedor que parecía estar ofreciendo comida, a juzgar por el aroma.
- Lleve sus basijas para recoger el agua del arroyo milagroso - ofrecía otro vendedor.
Luego vió que el tramo de arroyo en donde había hallado a esos dos behodos el mes anterior se hallaba ocupado por varias personas que se habían arremangado sus vestidos y descalzos entraban al agua y la bebían, o la recogían en las vasijas que compraban al vendedor y se mojaban la cabeza con ellas diciendo ¡San Chawamba bendíceme, Amen!.

Sobre un tablado otro hombre hablaba en tono de prédica
- ... porque Chawamba nos ha beneficiado con su compasión intercediendo ante Dios realizando milagros y cuenta con el poder compara hacerlo. Por eso ahora pediremos a san Chawamba que realice mas milagros. Vengan a los aquejados por males, los enfermos y endemoniados, que serán sanados por el poder de San Chawamba.
De entre el gentío que seguía la prédica se levantó una mujer que caminaba con dificultad con muletas y gritaba - ¡ A mi primero señor! - y se aproximó al tablado con desición. Cuando estubo encima, el que predicaba puso su mano sobre su cabeza y dijo
- tu fe en San Chawamba te sanará hija mía - y comenzó a gritos a invocar a Chawamba y su poder para que la coja fuera sanada. Segundos después la mujer lanzó las muletas a un costado y comenzó a correr vigorosamente al grito de -¡¡¡MILAGRO!!!-
Los que observaban se pusieron de pié al unísono y comenzaron a vocear y a alabar y varias personas mas intentaron subir al tablado al mismo tiempo para recibir el mismo beneficio que la otrora coja.

Chawamba observaba atónito y sin saber que pensar, aunque si estaba convencido de que la mujer coja no era tal, ya que él mismo no era capaz de obrar un tal milagro, mal podría conseguirlo otro hombre invocando su nombre.

El predicador llamó al orden y dijo que primero todos debían ofrecer su diezmo a San Chawamba para las obras de caridad y la construcción de un templo en el lugar en donde Chawamba había resucitado a un tal Hortencio. Todos los presentes depositaron dinero en canastos que ivan circulando entre la multitud. Chawamba observó como los crédulos asistentes colocaban sus óbolos y vió que el predicador se haría con una buena suma de dinero esa tarde. Pero seguía sin terminar de comprender como había llegado toda esa gente al pié de su colina en peregrinación por él, sino haberlo visto nunca y se admiró de la fé de esas gentes sencillas. Daba por entendido que el Chawamba de quien todos hablaban era él mismo, ya que no había ningún otro llamado Chawamba en la región. Pero hablaban de él como si fuera un dios y como si no viviera en la tierra.

Decidió buscar una respuesta. Fué hacia el arroyo e interrogó a uno de los peregrinos que lababan hallí su humanidad y le dijo.
- hombre, ¿que haces? -
- me lavo en este lugar milagroso - contestó
- para que lo haces ? - volvió a inquirir Chawamba
- porque este lugar es milagroso.
Chawamba se sintió algo admirado por la fé de ese hombre simple pero le preguntó
- ¿y porqué es milagroso este sitio? -
- Porque aquí mismo san Chawamba resucitó a Hortencio que estaba muerto -

Chawamba creyó comprender entonces que los behodos habían creado una gran confusión y había surgido una leyenda alrededor de ese hecho. Mucha gente cree ahora en un san Chawamba que obra milagros y sintió compasión por esa muchedumbre crédula y necesitada de creen en algo.
Luego vió que el predicador en el tablado estaba nuevamente sanando enfermos en sú nombre y pensó que era ilícito engañar así a esta gente sencilla y que estaban defraudando su fé y pensó que debía hacer algo al respecto.
Se colocó a espaldas del tablado y esperó a que el predicador acabara lo que estaba haciendo y le llamó.
- Hombre, necesito hablarte - le dijo
- Estoy ocupado haciendo milagros - le contestó sin mirarlo
- Yo soy Chawamba, aquél en nombre de quien realizas prodigios - terció
El predicador calló y esta vez fijó su atención, bajó del tablado y se dirigió al él en voz baja.
- ¿Que quiere decir con eso de que usted es Chawamba? -
- Digo que soy el verdadero Chawamba de carne y hueso y he venido a pedirte que dejes de utilizar mi nombre para obrar falsos milagros. Vivo en esta colina y no he resucitado a nadie, solo desperté a un behodo que dormía su borrachera arrojándole agua y su amigo que estaba también borracho creyó que había sido un milagro -
El predicador lo miró fijamente haciando un gesto imperioso de que bajara la voz le dijo. -shhhh!!-
y una vez repuesto agregó
- comprendo, usted ha venido por su parte del negocio. Desea que tener un porcentaje de las ventas y los diezmos por que estemos usando su nombre y estas tierras alrededor de su casa. Tiene usted razón y lo negociaremos. Espere usted a que hallamos acabo la función y hablaremos. Ahora siga caminando y disimule. -
Dicho esto volvió al tablado y continuó con su representación.
Chawamba no había atinado a decir nada pero en un arrebato de ira subío al escenario detrás del predicador y hecho a trompicones al falso ciego que estaba siendo sanado, el cual al ver el rostro furibundo de Chawamba se alejó corriendo.
- ¡Hombres! Yo soy Chawamba, aquél en nombre de quien realizan aquí prodigios. El verdadero Chawamba de carne y hueso. Habito en esta colina y no he resucitado a nadie, solo desperté a un behodo que dormía su borrachera arrojándole agua del arroyo y su amigo que estaba también borracho creyó que había sido un milagro. Estos hombres se han aprovechado de vuestra fé y de vuestra desesperada necesidad de creer, pero yo les digo en verdad que no necesitais ver para creer, ya que el único y verdadero Dios está alrededor vuestro y se manifiesta en todas las cosas y en vuestros semejantes. No existen mas milagros que los que vosotros mismos podais haceros entre vosotros. Aquel que es aquejado por un mal o vive una situación angustiosa es auxiliado por un semejante y pueden creer con toda seguridad, que ese es un enviado del Dios en el que han creido. -
Cuando Chawamba acabó de hablar se hizo un silencio de muerte y los asistentes comenzaron a dispersarse cabisbajos y silenciosos, como niños a los que se les ha dicho "se acabaron los dulces". Solo una mujer bajita se acercó a Chawamba y le preguntó si podía vendecirla para que se le curara el mal de ojo, pero Chawamba le dijo que solo necesitaba dormir bien y le aconsejó beber infusión de tilo.

Cuando todos hubiéronse ido, decidió Chawamba caminar en dirección a su colina nuevamente pero al darse vuelta se encontró al falso predicador, al vendedor de comida, al de basijas, al de estampas y a los falsos ciegos, cojos y paralíticos.
- Usted ha arruinado nuestro negocio - le dijeron, y él iva a replicar algo pero tubo que colocar sus pies el polvoroza porque los iracundos le seguían con palos y le arrojaban piedras. Lo persiguieron por todo el prado y así siguieron hasta que cayó el sol y Chawamba consiguió escabullirse entre las sombras de la noche.

Al regresar al amparo de la oscuridad a su morada, adolorido por los bastonazos recibidos en la espalda pensó que ser un justo era doloroso y que si bien la fé defraudada no provoca ira, si la provoca un negocio arruinado. En adelante se cuidaría mucho de generar leyendas.

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