sábado, 26 de noviembre de 2005

Precaución: verdad desnuda

Estaba Chawamba una mañana radiante en la cima de su colina, en donde solía estar sentado sobre un risco que daba a un desfiladero por donde corría un río que por las tardes destellaba con el sol y las aves cantaban sus sones. Allí Chawamba meditaba y contemplaba la grandeza de la creación y se regocijaba y se gozaba y estaba gozoso de lo que veía.

He aquí un hombre subió a la cima en pos de Chawamba para solicitar de su sabiduría. Tenía un aspecto de gran cansancio y sin mayores preámbulos dijo a Chawamba.

- Gran sabio, vengo aquí en busca de respuestas.

- Di, oh peregrino que incertidumbre aguijonea tu alma, que Chawamba la quitará.

- Tengo esposa hace algunos años, y desde que contraje matrimonio mi relación con ella no ha hecho sino empeorar. Mi esposa cada vez es mas opresiva, no hace más que fastidiarme y no me deja vivir en paz. Si estoy, de pié ensucio el piso recién limpio; si estoy sentado, soy un holgazán. Si estoy en la casa estorbo; si estoy fuera de la casa soy un libertino. Si me alimento soy un cerdo insaciable; pero si no me alimento es porque desprecio el alimento que ella ha preparado. Con esta situación yo me refugio frente a la TV y miro fútbol, y ella me hostiga permanentemente diciendo que no le presto atención; pero si le presto atención es para que ella me hable de las cosas que ha hablado con su madre. Creo, oh, gran sabio que mi matrimonio con esa mujer ha sido un error, soy infeliz. El matrimonio ha acabado con mi vida social y me ha convertido en un ser sin un lugar en el mundo.

Chawamba oyó pacientemente lo que aquel hombre angustiado le contaba. Cuando este hubo acabado y viendo que este hombre necesitaba una palabra le dijo:

- peregrino, el matrimonio es como un hombre que tiene dos cabezas. Di tú que pasaría si un hombre tuviera dos cabezas, ambas pensantes y obligadas a compartir un cuerpo sin posibilidades se separarse nunca.

- Supongo que estas dos cabezas tendrían que pelear por el control del cuerpo para hacer lo que le plazca a cada una.
- Ajá, pero acaso les vale de algo pelear.
- Bueno, la que gane tendrá el control del cuerpo y la otra menos afortunada deberá seguirla.
- Si, pero que clases de sentimientos albergará la cabeza vencida. ¿Será feliz?
- No, odiará a la otra sin duda - dijo el hombre
-Bien, ahora piensa en tu esposa y tu como dos cabezas en un mismo cuerpo - remató Chawamba.

El hombre caviló unos momentos y agregó
- Pero entonces, oh gran sabio, si matrimonio es un hombre de dos cabezas, entonces es un engendro perverso, una monstruosidad deforme, un aborto de la naturaleza. Es algo que nunca debió haber pasado- Concluyó el hombre.
- Bueno, tal vez ... - Respondió Chawamba sin mucha convicción, viendo que el hombre estaba tomando por una línea de razonamiento inesperada. Evidentemente buscaba una forma de justificar una decisión que no era capaz de tomar. Entonces Chawamba agregó – Pero ambos están juntos y eso no puede cambiar.
- ¿Qué quieres decir?- Preguntó el peregrino.
- Que el matrimonio no puede ser disuelto. Lo que Dios ha unido, el hombre no puede separarlo.
- Pero has dicho que el matrimonio es un monstruo deforme- dijo el hombre muy contrariado y repuso - Maestro, has dicho una enorme verdad, todo el mundo debe saberlo.
- Lo que he dicho solo una parábola - Respondió Chawamba.
- ¿¿Una qué ... ??
- Quiero decir que solo estaba dando un ejemplo para que comprendierais, hombre.
- Pero es verdad lo que has dicho, eres un genio y verdaderamente un sabio, un hombre con dos cabezas no puede existir- concluyó enérgico.
- Mediante ese ejemplo solo quería darte a comprender que tendrás que aprender a conciliar voluntades con tu esposa, hombre. No hay otro camino. Porque si tu o tu esposa dominan el uno al otro, el dominado será infeliz y albergará odio y resentimientos en su corazón. Eso es lo opuesto al amor, que es lo que los ha unido ante Dios.
- Pero justamente es por eso que mi matrimonio es algo no puede ser, mi esposa no descansará hasta haberme sometido. Tu lo has demostrado con tus dichos, es la vedad.- Sentenció el hombre.

Era evidente que el hombre ya no pensaba en como recomponer su matrimonio, solo buscaba un excusa para acabar con él. Luego de un rato de discusión bizantina se despidió de Chawamba y trotó montaña abajo como quien ha tomado una decisión. Chawamba se lamentó por haberle dado al hombre los argumentos que necesitaba para decidirse a destruir su familia. Y lo peor del caso era que todos los argumentos era ciertos y la alegoría era perfecta, lo imperfecto es el hombre (y la mujer).

Al día siguiente, unas mujeres subieron a la cima de la colina en donde Chawamba meditaba. Vestían vatones, calzaban hojotas de yute, lucían tocados de ruleros sobre sus cabezas e iban acompañadas de un sacerdote.

- Deseamos hablar con Chawamba, el que se dice sabio- Reclamó una de ellas, con una voz chillona y tono de líder.
- Yo soy- le dijo Chawamba.
- De modo que eres tu quien ha dicho a nuestros esposos que el matrimonio es una cosa monstruosa y que dejen sus hogares. Helos ahí ahora, preparando carnes asadas, jugando fútbol y bebiendo todo el día, sin prestarnos mas atención a nosotras.
-Bueno, no fue exactamente eso lo que yo dije a vuestros esposos que hagan ... - Respondió dubitativo a la vez que iba colocando sus pies en polvorosa, ya que las damas avanzaban hacia él palos de amasar en mano al tiempo que el sacerdote le arrojaba maldiciones.

Mientras Chawamba escapaba de la turba de mujeres que deseaban vengarse de él, reflexionaba, sobre lo torpe que había sido al descubrir la verdad a ante los ojos de un necio; que al contemplar la verdad desnuda a ojos desnudos algunos hombres se contraen, otros van mas allá y la utilizan para hacer el bien; y otros la de forman para conseguir sus fin mezquinos, y de paso tirarse una caña al aire.

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